Por Omar Rosas Tapia

ingeniero agrónomo con diversas especialidades académicas es director general de Agriberries & Neoval Consulting, especialista en diversos cultivos de aguacate, limón, berries e higo, dado que asesora a productores agrícolas de varias regiones mexicanas, expresa sus opiniones en esta columna para lectores del periódico rural.

Resulta una proporción enorme la que acabo de mencionar, sobre todo si consideramos que las zonas nogaleras, es decir de árboles de nuez, se encuentran en zonas del país donde el agua es escasa.

 

Ejemplo: estados del noroeste. Chihuahua es un ejemplo de esta condición, es un estado altamente productor de alimentos como frutas y hortalizas en sus distintas zonas, desde Delicias pasando por Cuauhtémoc hasta zonas como Villa Ahumada cerca de la frontera norte. Dicho estado es un ejemplo donde los retos por este preciado líquido son de suma importancia y hay genere valiente que los asume a diario.

 

Aunque pareciera que estados del país con estas características, afrontar la escasez de agua en este ciclo de lluvias, todo el país ha estado en un déficit de lluvias y los agricultores lo han notado claramente en siembras pérdidas, cosechas retardadas, problemas con plagas, cierres anticipados, etc.

 

Y del norte nos vamos al sur, hasta Chiapas que a pesar de ser un estado históricamente abundante en agua, este año sufrió estragos por la baja captación de agua. Si viajamos al Bajío, el tenor no cambio mucho y en el altiplano también vieron pasar la nubes pero sin lluvia caer.

 

Y en mi tierra del tequila y el mariachi, Jalisco en la región occidente, también escasea y se ve claramente en las lagunas de San Marcos y Sayula, donde parece qué hay desierto.

 

La anomalía pluviométrica afectó a todo el país, es un hecho, y con ello nos afectamos toda la población. La posible afectación sin precios a productos agropecuarios más altos por menor volumen producido y por las pérdidas en campo es el impacto previsible. Y el fuerte golpe a los bolsillos del agricultor que es la base de la alimentación. Esperemos que sean pocos los que desertan ante esta situación.

 

Pero ante esto hay alternativa? ……Siempre hay alternativa y una de ellas es el uso de tecnología y procesos iniciadores en la captación y uso de agua para la agricultura, que ya están en el mercado. Porque ahora para ser sostenible es necesario ser eficiente midiendo y usando la creatividad.

 

Hagamos lo que nos toca como agentes del campo para beneficio de la comunidad. Todo

Camino es posible si vamos de menos a más.

 

PARA SABER: Todos los alimentos necesitan agua para su producción, pues es parte esencial en muchos procesos desde el cultivo en el sector agroalimentario hasta su distribución a mercados y hogares. Conviene conocer el significado de lo que es la huella hídrica de los alimentos que consumimos ya que es un indicador para medir el volumen de agua dulce necesario para producirlos. 

 

 

CIMMYT dice que el uso del agua para fines agrícolas es un tema central en cualquier debate sobre los recursos hídricos y la seguridad alimentaria. En promedio se destina el 70% del agua que se extrae en el mundo para esta actividad y más de 330 millones de hectáreas cuentan con instalaciones de riego a nivel mundial. La agricultura de regadío representa el 20% del total de la superficie cultivada y aporta el 40% de la producción total de alimentos en todo el mundo.

 

Pese a la importancia que la agricultura tiene a nivel mundial, existen serios problemas con el tema del abastecimiento general del agua. El cambio climático, usos y prácticas inadecuadas e inconsistencias en la asignación de este recurso complican aún más el panorama. Además, para el año 2050 las proyecciones indican que la población del planeta será superior a los 10 mil millones de habitantes y, para satisfacer las necesidades básicas de alimentos, las predicciones en cuanto a producción agrícola se estiman en un aumento del 70% para dicho año.

PARA TENER CUIDADO: El cambio climático afecta al abastecimiento de agua? Este cambio afecta el rendimiento de cultivos; genera pérdida de ganado, destrucción de siembras; variaciones extremas en las temperaturas provocan que las plagas y enfermedades se propaguen de forma acelerada con consecuencias devastadoras en el sector agropecuario.