LA REFLEXIÓN AMBIENTAL
La gestión del agua desde un enfoque de cuenca
Autor: MSc. Amando García Angulo
Director de APEAJAL
El agua es sin duda el origen y sustento de la vida en nuestro planeta. El ser humano hace uso de este preciado líquido para el propio consumo, el desarrollo de la agricultura, la transformación industrial, la generación de energía, el disfrute de actividades recreativas y satisfacer necesidades higiénicas.
La abundancia relativa del agua y su renovación a bajo costo son consideraciones que han propiciado su uso irracional e ilimitado durante años, conceptualizándola como recurso gratuito, de libre acceso y de carácter público.
Dicha situación al relacionarse con el aumento de la población humana en el último siglo, el crecimiento económico, la contaminación y el deterioro de los ecosistemas que prestan servicios ambientales han generado una situación de escasez de agua dulce para el desarrollo de las actividades humanas, y al mismo tiempo, se ha creado una mayor demanda por recursos hídricos, lo que incrementa la presión sobre los ecosistemas que proveen servicios ambientales hidrológicos.
Para poder comprender la dinámica de los recursos hídricos de un territorio en particular, es recomendable emplear un enfoque de cuenca que nos ayude a entender las interrelaciones del agua con otros recursos naturales como el suelo, el clima y la biodiversidad, así como la forma en que la sociedad se organiza para apropiarse de ellos y las repercusiones que esto causa en calidad, cantidad y temporalidad del agua.
Una cuenca hidrológica es el espacio de territorio delimitado por una línea divisoria de las aguas (línea de cumbres), conformado por un sistema hídrico (río principal, afluentes secundarios, terciarios, de cuarto orden o más) que conducen sus aguas a un río más grande, a un lago o al mar. Resulta ser un ámbito que integra las interacciones entre la cobertura sobre el terreno, el entorno de la línea divisoria de las aguas y las profundidades del suelo.
En la actualidad el concepto de cuenca tiene una implicación más amplia, continúa considerando sus características biofísicas, pero también se entiende como el conjunto de interacciones y relaciones que los actores sociales tienen con los recursos naturales que ésta contiene.
Por lo tanto, el manejo integral de cuencas nace de la búsqueda de instrumentos de planeación y gestión que atiendan la problemática desde una perspectiva global para poder evaluar y explicar los fenómenos relacionados al recurso hídrico.
Esto contempla la integración de todos los actores involucrados en una sola problemática, en lugar de gestionar diversos problemas sectoriales dispersos, y de esta manera lograr un uso óptimo del recurso.