EQUINOS
“El diente de lobo”, un remanente dental que afecta el rendimiento deportivo del caballo
Mvz Janet Ortega Chávez
Articulo Técnico para los lectores de AGRO21
Los dientes no solo realizan la función masticatoria del alimento del caballo para su posterior digestión de nutrientes, además nos reflejan su edad; pero no debemos dejar de lado que el bocado con el que manejamos al caballo esta siempre en la cavidad oral por lo que un mal mantenimiento de la misma puede desencadenar tanto un problema de salud como de manejo durante la monta.
Un problema que se puede presentar en nuestro caballo, es el diente de lobo; este es un diente rudimentario que estaba bien desarrollado en los antepasados de los equinos, con tamaño y función similar al de un molar, pero la evolución y la falta de uso al cambiar la dieta hizo que los dientes de lobo comenzaran a desaparecer.
Actualmente no presentan ninguna utilidad más sin embargo si representa una incomodidad en el momento de colocar el bocado del caballo, sobre todo cuando se requiere un poco de presión en la rienda.
Las raíces de los dientes de lobo, como cualquier otro diente, están cubiertos por una membrana periodontal llena de terminaciones nerviosas; por eso cuando el diente es presionado por el freno o filete en los giros, al frenar el caballo o simplemente al tener contacto con la rienda del jinete, el caballo recibe una descarga nerviosa causándole bastante dolor.
La manera en que el caballo nos manifiesta la molestia es por medio de su comportamiento en el momento de ser trabajado, trayendo consigo indocilidad, rehusó de movimientos que impliquen la flexión del cuello, así como el movimiento de la cabeza hacia arriba tratando de evitar el contacto, aunque la característica más común es la agitación de la cabeza con el objetivo de liberar presión en el paladar.
Este pequeño diente que suele aparecer justo delante del segundo premolar entre los cinco y doce meses de edad debe ser removido quirúrgicamente al ser detectado, frecuentemente los encontramos en la mandíbula superior en uno o ambos lados, solo un 10% de los casos llega a presentarlo en la mandíbula inferior.
La recomendación es hacer una evaluación oral antes de que el caballo inicie su etapa de arrendamiento con la finalidad de buscar la presencia del diente de lobo para su posterior extracción, sin dejar de lado el balanceo odontológico que necesitan los molares del equino para realizar de manera más completa el movimiento masticatorio.
El procedimiento quirúrgico es bastante sencillo e indoloro, consiste en tranquilizar al caballo para poder introducir un abrebocas y evitarle incomodidad, este aparato nos permitirá mantener la mandíbula abierta mientras se realiza el procedimiento, se procede a la aplicación de anestesia local para la posterior extracción del diente con instrumental odontológico. La recuperación suele pasar sin complicación alguna, a los 7 días post quirúrgicos el caballo puede regresar al uso de la rienda sin dolor alguno.
Si al evaluar la cavidad oral no se encuentran presentes los dientes de lo bo, pero el jinete insiste en un mal comportamiento del caballo a la rienda o se percata de molestias al trabajarlo, vale la pena realizar un estudio radiológico de la mandíbula ya que algunas veces este remanente dental es tan pequeño que no alcanza a erupcionar, pero eso no descarta la presencia de las terminaciones nerviosas del mismo diente que continúan siendo dolorosas al contacto.
Conocer la existencia del diente de lobo y sus complicaciones nos da una pauta para evaluar la cavidad oral del caballo antes de reprenderlo o castigarlo por un mal comportamiento en el momento de exigirle con la rienda obteniendo un resultado de docilidad por parte del caballo más rápida y menos agresiva.
MEDICINA Y REPRODUCCIÓN EQUINA, especialidad de Janet Ortega; contacto para interesados: 333 949 9065