«Tenemos compromisos adquiridos con las personas que hacen la agricultura, la ganadería, la pesca y la acuacultura;

 nos han dado la confianza  y exigencia de cumplir”

En la edición del mes de septiembre del año 2018, algunas semanas después de elegir al nuevo presidente de México, en el periódico A

GRORURAL (antes AGR

O21) dimos a conocer el nombramiento de quien asumiría, en aquel entonces, como secretario de Agricultura, Víctor Villalobos Arámbula y un primer cambio de fondo en la dependencia: su nombre. Pasó de ser Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación SAGARPA por el de Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural SADER.

Ahora, 6 años después, el día 20 de junio pasado se dio a conocer que Julio Berdegué Sacristán será el nuevo secretario de Agricultura y Desarrollo Rural. Así que, viene nuevo Gobierno federal, nuevo Secretario, nuevos aires y nueva directriz bajo el proyecto nacional de una República Rural Justa y Soberana, donde la soberanía alimentaria es el eje rector del plan que ha sido presentado para el campo mexicano.

Bienestar, Agua y Producción con un enfoque regionalizado de sistemas agroalimentarios, es el plan para desarrollarse en los próximos 6 años con objetivos prioritarios que propone y enumera soluciones. En el campo se dará continuidad a los programas sectoriales de bienestar como son los de Sembrando Vida, Producción para el Bienestar, Fertilizantes, Precios de garantía, Mujeres en el Campo y otros que son de continuación, pero también se implementarán políticas públicas en asuntos prioritarios como el uso de agua, comercialización, asistencia técnica, sustentabilidad, tecnificación de riego agrícola y financiamiento.

El tema del agua, se refleja como una prioridad para las actividades agropecuarias. Es una tarea que el nuevo secretario Berdegué, quien asumirá sus funciones a partir del 1 de octubre, ha puesto énfasis en la crisis del agua o hídrica, porque no se puede seguir postergando sus soluciones. En comentarios a medios, ha expresado que hay una situación grave originada por la fuerte sequía, el cambio climático y deficientes prácticas de manejo y aprovechamientos por lo que se debe actuar en impulsar cambios en relación al agua.

En el documento Republica Rural Justa y Soberana se establece que se hará una revisión profunda del marco legal del agua, su ley general, dialogar y acordar con todos los involucrados para hacer que se cumpla. Realizar acciones para la tecnificación del riego contemplando 750 mil hectáreas adicionales, incluyendo la conservación de suelos y cuencas, el tratamiento y el reuso de aguas residuales así como tareas administrativas consistentes en una restructuración de Conagua con la encomienda de la reorganización en el otorgamiento de concesiones.

Considera el futuro secretario de la SADER que existe un espacio de oportunidad en el 40 o 50% del agua que usa la agricultura y que se desperdicia. ”Si nosotros logramos reducir ese desperdicio va a seguir habiendo agua más que suficiente para que se siga aumentando la producción agrícola y vamos a poder derivar agua para el consumo humano y otros usos”, dijo al medio Imagen Agropecuaria.

Añadió en este tema que “Nuestra prioridad es aumentar la superficie de riego tecnificado, lo estamos evaluando porque esto cuesta mucho dinero. Hoy tenemos un millón y medio de hectáreas tecnificadas más o menos y analizamos la posibilidad de incrementarlas en 750 mil para los próximos seis años”; no es una meta aún definida, matiza. “Si lográramos aumentar en 50% la superficie de riego tecnificado en el país, tendremos una eficiencia enorme y eso es equivalente a haber incorporado muchas hectáreas nuevas al riego”

También resaltó que la mayor parte de la agricultura está en el temporal, por lo que es clave cómo se va a capturar agua, almacenarla y cómo conservarla bien en los suelos, manifiesta.

Otro planteamiento que está contemplando es implementar un programa nacional de cuencas y suelos, porque “deforestamos 207 mil  hectáreas al año y la mitad de los suelos tienen algún grado de erosión. No nos sirve de nada el agua si tenemos suelos hechos pedazos, el agua no se retiene, porque no hay materia orgánica, porque se perdió las fertilidad del suelo”.

El crédito al campo

Un tema que está en la mente de todos los productores del campo es el del financiamiento, los créditos. Históricamente la banca comercial, la banca de desarrollo como FIRA y la Financiera Rural han apoyado al campo. Hoy ya no existe la Financiera Rural.

El proyecto Republica Rural Justa y Soberana señala en su documento que México se encuentra rezagado en la penetración del crédito agropecuario relativo al PIB primario (comparado con otros países). Con este entorno, se plantea que el financiamiento al campo marque prioridades de apoyar 4 millones de unidades de producción de pequeña y mediana escala, a 300 mil pescadores y acuacultores, 125 mil has anuales de riego tecnificado y a pymes en la cadena agroalimentaria.

Y como lo hará?. Sería a través de capitalizar y fortalecer FIRA y expandir su red de intermediarios financieros, incentivándolos para llegar a zonas rurales y otras medidas consignadas en el proyecto de referencia.

En opiniones previas a tomar el cargo de titular en SADER, Berdegué ha expresado que no se puede esperar y se debe iniciar con más financiamiento desde el principio. “Tenemos al FIRA que trabaja con una red de intermediarios financieros y no financieros que hay que ampliar para llegar a zonas rurales donde viven pequeños productores para que tengan acceso al financiamiento; incorporar más cooperativas de ahorro y crédito y figuras que están muy poco vinculadas. Además, los intermediarios que trabajaban con la Financiera Rural que estaban haciendo un buen trabajo nos interesa rescatarlos y a aquellos orientados a la pequeña y mediana agricultura”.

Acota que FIRA no tiene problema de fondeo, pero las condiciones con las que presta pueden no ser factibles para un pequeño y mediano productor, “entonces ahí sí entra el presupuesto del gobierno, tenemos que hacer fondos de garantía y apoyar con el costo de la prima del seguro”, señala.

Vendrán noticias las próximas semanas para conocer el futuro trabajo de la SADER, cuál y cuánto será el presupuesto que se destinará para el campo en 2025, en que consistirá la modernización de SENASICA, del INIFAP, SIAP, CONAPESCA, COFEPRIS, como ya se ha anunciado.

Los pendientes que atenderá como las restricciones al uso de glifosato, la importación de maíz transgénico, el enfrentar los desafíos del cambio climático, por citar son solo algunos.

«Tenemos compromisos adquiridos a lo largo de estos últimos meses con las personas que hacen la agricultura, la ganadería, la pesca y la acuacultura; nos han dado la confianza  y exigencia de cumplir: es compromiso”, expresó quien será el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México.

Hugo Rangel.- Periódico AGRORURAL

¿Quién es Julio Berdegué, el próximo Secretario de Agricultura?

Julio Berdegué Sacristán está a punto de ponerse al frente de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), justo cuando Claudia Sheinbaum tome las riendas del gobierno en octubre. Con un currículum impecable y una vasta experiencia bajo el ala de la FAO, como subdirector general y como el jefe para América Latina y el Caribe, Berdegué no es ajeno a los grandes desafíos de la agricultura.

Berdegué posee una visión clara y un enfoque metódico, un par de cualidades con las que se dispone a introducir una serie de estrategias centradas en la sustentabilidad y la soberanía alimentaria. No es un secreto que la adaptación al cambio climático encabeza su lista de prioridades, por lo que seguramente buscará impulsar a la agricultura mexicana para hacerla más resiliente frente a las variaciones climáticas, lo que es posible que incluya la incorporación de tecnología avanzada para un uso más eficiente del agua y para el fortalecimiento de los sistemas de cultivo.

En su agenda también figura la soberanía alimentaria, por lo que buscará implementar medidas para reducir la dependencia mexicana de importaciones, en especial de productos como el maíz transgénico, tema en el cual seguirá la misma línea que el gobierno actual. En este sentido, Berdegué planea potenciar la producción nacional, incentivando a los agricultores para aumentar la producción y promoviendo la adopción de tecnologías agrícolas que puedan incrementar la productividad de manera sostenible.

Es muy probable que otro eje central de su administración será la modernización de la infraestructura agrícola, especialmente la hídrica, porque es muy consciente de que la eficiencia en el uso del agua para la agricultura no se trata solamente de actualizar sistemas de riego para hacerlos más eficientes, sino también es indispensable mejorar las redes de distribución y almacenamiento para minimizar su desperdicio, un problema que no solo afecta la economía de los agricultores sino también el medioambiente.

Con estas acciones, Berdegué apunta a transformar el campo mexicano; sin embargo, como todos sabemos, afrontará un panorama complejo cuando asuma la dirección de la SADER, con diversos desafíos que no son para tomar a la ligera.

Quizá el primero de todos sea la cuestión presupuestaria, pues la asignación para el presupuesto de 2025 deberá quedar aprobada a más tardar en noviembre, como dicta la ley, por lo que él y su equipo deberán realizar las gestiones correspondientes para obtener los recursos necesarios para sus proyectos clave. Si bien en 2024 se tuvo un incremento de 5.08% en el presupuesto para el sector agropecuario, con respecto a 2023, al quedar en 74,110 millones de pesos, la línea general del gobierno se mantendrá en reducir el gasto público, por lo que nada garantiza una mayor partida para el agro.

Otro gran reto es el cambio climático, que está haciendo de las suyas, alterando patrones de lluvia y desatando fenómenos climáticos extremos que ponen en jaque la producción agrícola. Adaptar el campo mexicano a esta nueva realidad no es solo necesario, es urgente, si se quiere garantizar la seguridad alimentaria del país en el largo plazo.

No menos crítico es el tema de la desigualdad en el campo. La pobreza y disparidad en zonas rurales afectan no solo la productividad sino también la calidad de vida de los agricultores. Berdegué tiene el reto de implementar políticas que no solo busquen incrementar la producción, sino que mejoren sustancialmente las condiciones de vida de quienes trabajan la tierra.

Con todos estos desafíos sobre la mesa, la gestión de Berdegué promete ser una época de renovación y cambios profundos para la agricultura mexicana. Eso sí, la habilidad con la que navegue estos retos determinará, en gran medida, el futuro del sector agroalimentario en el país. Aunque la tarea no es sencilla, las expectativas son altas y la necesidad de éxito, aún mayor.

*Olmo Axayacatl Bastida, colaborador del Grupo AGRO Comunicación Rural es Analista y creador de contenidos de agronacion.com