Olmo Axayácatl Bastida / Directorio AGRO Comunicación Rural
Termina otro año agroalimentario en este diciembre y he de agradecer a mi amigo Hugo Rangel editor y director de este prestigiado medio de comunicación que me haya cedido la oportunidad de hacer una reflexión en este espacio editorial del cierre anual 2023.
Creo que a nadie le queda duda de que el 2023 representó un año muy retador para el campo y la agroindustria en México, con altibajos interesantes que evidenciaron a su vez la resiliencia y la fragilidad del sector, siendo que las perspectivas para 2024 son inciertas, por lo que quizá hay que prepararse para otro año complicado.
El agro tuvo que hacer frente a problemas económicos, con tasas de inflación que no se veían desde hace tiempo y que encarecieron los insumos y servicios necesarios para producir alimentos. Esta situación ha sido superada, pero su impacto en las empresas de producción agrícola se seguirá sintiendo durante varios años más, ya que se tradujo en una disminución de la rentabilidad, a lo cual, por cierto, hay que sumarle la fortaleza del peso, que sigue afectando los precios de venta de las empresas agroexportadoras.
También se tuvieron problemas climáticos, con una sequía que afectó (y sigue afectando) y el nivel de las presas no se alcanzó a recuperar, lo que augura escasez de agua. Lo temas económicos y climáticos no fueron las únicas disrupciones, pero si las más relevantes a una escala macro, y lo que más llama la atención es que a pesar de estas situaciones el sector agroalimentario México mantuvo crecimiento en la producción de frutas y hortalizas para exportación. Es aquí donde el sector ha mostrado su resiliencia, para seguir adelante a pesar de las adversidades.
Nos encontramos en una época donde la estabilidad global parece haberse esfumado, con conflictos armados que terminan por afectar al campo mexicano. Sí el agro es frágil por una disrupción global, puede aumentar el riesgo, por lo que blindar al agro es una tarea que compete a todos.
Difícil entonces para la producción agroalimentaria es el entorno y están visibles los retos que debemos afrontar. Es terminar el año preparándonos para eso, para afrontarlos con las fortalezas y entereza que caracteriza a los productores mexicanos y mexicanas.